Abrazar es un acto de expansión que genera además de autoconfianza un infinito bienestar. Quiere decir que se tenga que abrazar a cualquiera? No, ya que en muchos casos no motiva abrazar a algunas personas.
Sin embargo, el abrazo con la persona adecuada genera un sentimiento de plenitud enorme, que cuando se es consciente, es como si completases el circulo de la vida.
Si los abrazos a las personas son terapéuticos, otro tanto pasa con los abrazos a los animales o a los árboles. Para que recibas todo el potencial y beneficios de los abrazos se debe realizar sin expectativas y en el caso de abrazar un árbol con la atención en las sensaciones que está teniendo el cuerpo, sin rechazar ninguna.
El abrazo a los arboles es un antidepresivo debido a que cuando abrazamos un árbol, el propio árbol actúa como atenuante de nuestros pensamientos, relajando la mente, lo que conlleva una liberación de los pensamientos negativos que acompañan en la depresión y proporciona autoconfianza.
Son varios los estudios ya realizados de abrazos, y lo que supone a nivel emocional y fisiológico. A continuación, te resumimos estudios de abrazar personas y arboles
El poder de los abrazos:
beneficios emocionales
Estudios científicos afirman que un abrazo puede liberar endorfinas provenientes del cerebro y esto supondría tener poderes curativos.
Por otro lado, abrazar se considera una terapia que ge
nera bienestar, puede reducir la presión arterial, en las mujeres reduce el dolor menstrual.
Aparte de esto, también ayuda a rebajar el dolor de cabeza, a aliviar la ansiedad, a disminuir el estrés y la depresión. Fortalece la autoestima, alivia los nervios, ayuda a que no te sientas en soledad, cura el insomnio y vence el miedo.
Pero el poder de los abrazos va más allá. Estimulan tus sentidos, te brindan alegría, aquietan el alma y muchas fuentes también afirman que retarda el envejecimiento y ayuda a dominar el apetito.
Beneficios fisiológicos de los abrazos
Abrazar a alguien genera también beneficios fisiológicos en nuestro cuerpo, los cuales son muy positivos. La segregación de la hormona oxitocina es uno de ellos. Esta hormona es también conocida como la hormona del apego y ayuda a muchas personas con su forma de vivir sin importar cuál sea su edad biológica.
Tanto es el beneficio de los abrazos que ya hay terapias llamadas “abrazo terapia” y sirven para curar enfermedades depresivas y de otros tipos.
Un abrazo también libera otras hormonas llamadas serotonina y dopamina, que tienen un efecto sedante, por lo cual produce una sensación de tranquilidad, bienestar y calma. Lo más interesante es que no solo se produce este efecto al ser abrazado, sino que este se prolonga mucho tiempo después.
Algo curioso es que datos científicos afirman que tanto los abrazos como las caricias producen mayor efecto en mujeres que en hombres, pero ambos sexos se ven beneficiados.
Trayendo como antecedente el libro de Kathleen Keating La terapia del abrazo, podemos afirmar que los abrazos no solo nos ayudan a sentir bien, sino que también favorecen el buen desarrollo de la inteligencia en los niños, a superar los miedos y que también es un factor anti-envejecimiento. El libro además afirma literalmente lo siguiente:
“El contacto físico no es solo algo agradable, sino también necesario para nuestro bienestar psicológico, emocional y corporal, y acrecienta la alegría y la salud del individuo y de la sociedad. El abrazo es una forma muy especial de tocar, que hace que uno se acepte mejor a sí mismo y se sienta mejor aceptado por los demás”.
Abrazar árboles. Energía positiva y poder terapéutico
Son muchas las culturas milenarias que consideran el árbol como parte central de la vida en la Tierra. No en vano, desde un enfoque evolutivo, los antepasados del ser humano tuvieron su morada en ellos.
Aquellas creencias se consideran hoy una rica sabiduría, transmitida a lo largo de generaciones como, por ejemplo, ocurre con el taoísmo, que considera el árbol una pieza fundamental de la vida. A ellos les atribuye, además, poderes sanadores.
Hay toda una filosofía alrededor de esta idea. Los poderes terapéuticos del árbol van desde cargarnos de buenas vibraciones hasta su uso como un remedio para curar dolencias, atribuyendo a cada tipo de árbol unas propiedades diferentes.
La ciencia lo demuestra
Más allá de creencias ancestrales, los científicos también han sucumbido a los pretendidos beneficios del abrazo verde. Son muchas las investigaciones que se han centrado en esta cuestión, y un sinfín de estudios han demostrado que estar en contacto con plantas y árboles es muy beneficioso a nivel mental y físico.
«Blinded by Science« recoge los resultados de estos trabajos y en él, su autor, Matthew Silverstone, también comprueba científicamente el poder de los árboles para mejorar la concentración, aliviar la ansiedad y ayudar a liberarnos de pensamientos negativos.
Pautas para abrazar un árbol
Pueden ser muchas las pautas o formas a seguir para abrazar un árbol, esta es la que nosotros recomendamos;
No todos los árboles quieren ser abrazados, por este motivo es necesario que sea el propio árbol el que te escoja y no al contrario, necesitas taparte los ojos y antes de comenzar a caminar, perder el sentido de la orientación, esto se logra dando vueltas sobre uno mismo, con los ojos vendados con un paño, hasta estar desorientado. Comienza a caminar hasta encontrarte con un árbol, no tiene por que ser un árbol grande, un arbusto muchas veces es lo que necesitas.
Una vez en el árbol, abrázalo y con una respiración pausada, observa tu cuerpo, sin expectativas y sin querer quedarte en una sensación o escapar de otra que no te gusta, estate ahí en contacto con el todo el tiempo que consideres, pero al menos 15 minutos, después continua y vete a buscar otro, realiza el mismo proceso, y cuando termines observa la diferencia que hay en el primero y el segundo. simplemente observa. saca la venda y siéntate al lado unos de los dos, el que mas te llame la atención, estate sentado con la espalda pegada al árbol un buen rato. (este ejercicio es aconsejable hacerlo con otro persona que este acompañándote y cuidando de ti mientras realizas la practica)